¿En paro?

pocket-watch-3156771_960_720

– ¡Un ERE! Dicen que van a hacer un ERE y nos iremos todos a la calle. ¿Qué haremos?… ¡VIVIR!

No entendí muy bien que quería decir ¡vivir! con los nervios que tenía encima, pero él, como siempre, tranquilo, me dio la explicación.

Primero, pintaré la casa y como los niños ya tienen una edad para andar solos, haremos lo que tantas veces hemos hablado: viajar, por España, sin prisas.

– Pero, ¿cómo nos vamos a ir? ¿Qué pasará si no encuentras trabajo?…

– Eso ya llegará; llevo desde los 14 trabajando sin una baja. De momento, ¡a disfrutar del paro!

No me podía creer que me dijera eso. El ERE llegó a finales de Marzo y, como él quería, pintamos la casa y empezamos a hacer planes. A mediados de abril nos fuimos a Mallorca, pues tenía un compañero de la «mili» que hacia tiempo que nos reclamaba. En el avión decidimos que nos iríamos por ahí de lunes a viernes y pasaríamos el fin de semana con la familia. ¡Qué bien lo pasamos! ¡Qué sensación de libertad sin horarios!

Fuimos, después a Extremadura, visitamos todos sus dólmenes. ¡Qué rojos atardeceres! Más tarde a Ampurias, Girona, San Pere de Roda, los volcanes de Olot y bajamos por la Serrra del Montseny. ¡Cómo se respira allí! Volamos a Menorca y todo fue luz y azules. Recorrimos Recópolis (Guadalajara), hicimos el Camino del Alto Tajo desde Peralejos de las truchas y de ahí al Pozo del Señor del Agua, en Montilla de Azuer (Ciudad Real), ¡Impresionante! Volvimos a Toledo, una vez más. ¡La piedra habla! Recorrimos el Románico Catalán cuando la primavera estaba en su esplendor ¡Cuánto disfrutamos de sus verdes valles y sus cumbres nevadas!

Pero la sorpresa la tuvimos en Granada. La entrada en la Alhambra la compartimos con un grupo de japoneses, muy amables, que hablaban bastante bien castellano. Nunca olvidaré su regalo. Estábamos en el Patio de los Leones y un guitarrista japonés nos sorprendió con sus acordes. ¡Cómo tocaba! Me emociono al recordarlo. Llegamos a Sierra Nevada y subimos al Mulhacén y de ahí Guadix con sus casas cueva.

Luego tocó 12 días por Aragón y quedé enamorada, otra vez, del Monasterio de Veruela. Subimos al Moncayo. ¡Qué frío allí arriba, pero qué vista! Sos del Rey Católico, Colegiata de Bolea, Castillo de Loarre, Jaca  y Alquezar, subida a Monte Perdido y por Pont de Suert y Lérida a casa.

Viajamos sin  prisas, parando donde nos apetecía.

A finales de Julio lo llamaron para trabajar y pensamos que «perdíamos» el verano con nuestros hijos. La casualidad quiso que la nueva empresa cerrara en agosto. Nos fuimos de vacaciones, los cuatro, por el sur de Francia.

Fue otra manera de «vivir» el ERE.
Elena Balado

6 respuestas a “¿En paro?

  1. tere 4 junio, 2018 / 2:08 pm

    De sorpresa en sorpresa, muy bien por tus relatos, besos

    Me gusta

  2. Jtrainer 4 junio, 2018 / 10:08 pm

    Una buena opción de afrontar el ERE. Relato muy positivo

    Me gusta

  3. Manuel Cañadas 6 junio, 2018 / 9:42 am

    Buena decisión…al fin que es la vida, sino un ere a largo o corto plazo…depende.
    Dan ganas de emular de vivir…de respirar.
    Manolo.

    Me gusta

  4. Nieves Bejerano 6 junio, 2018 / 12:52 pm

    Me ha gustado Elena. Siempre hay que sacar lo positivo de cada situación. Así dice el refrán: «no hay mal que por bien no venga».

    Me gusta

  5. Elena balado 13 junio, 2018 / 8:18 pm

    Creo que todo esto que viví, intensamente, me estaba preparado para afrontar lo que luego me vino de sopetón. Gracias a tod@s. Un beso.

    Me gusta

  6. Elena Martínez 30 junio, 2018 / 8:23 pm

    Elena hay que hacer en cada momento lo que nosotros queremos pues no sabemos que nos depara el futuro, bien hecho todo lo que disfrutasteis juntos

    Me gusta

Deja un comentario