Las mascotas

Para mí las mascotas son esos animales que hacen que nuestra vida sea más agradable. Siempre me han contado que, cuando era un bebé y estaba en la cuna, teníamos un perro que se postraba a los pies de ésta con la intención de cuidarme. Una señora del pueblo vino a mi casa para conocerme y, al intentar sacarme de la cuna, el perro se abalanzó sobre ella, por lo que se tuvo que apartar. ¿Será ese incidente lo que originó mi conexión con los perros? Tal vez.

Después de este primer perro, del que no me acuerdo, pasaron por mi casa sucesivamente otros tres: Clavel, Dani y Truski. También tuvimos tres gatos: Luchi, Luchina y Chebro, que también me gustaban mucho. Estos nombres, a veces raros, se los ponía mi padre y algunos estaban copiados de los animales de su infancia.

Por las mañanas estos perros iban con mi padre al campo, ya que en aquellos años era muy habitual que los agricultores tuvieran un perro para hacerles compañía o para la caza. Pero por las tardes, cuando estaban en casa, eran mis compañeros de juegos. Como no existía la obligación de llevarlos atados me acompañaban a comprar, a la fuente o, incluso, cuando quedaba con mis amigas para jugar. De mi infancia y adolescencia guardo muchos gratos recuerdos relacionados con ellos.

Actualmente tenemos en casa a Róber, un caniche al que adoramos y nos adora. Él es quien te recibe con su inmensa alegría, dando saltos y corriendo y, si estás solo en casa, hace que te sientas en compañía. También es él quien me despierta de mi siesta reclamando sus galletas de la merienda. Todos estos detalles y muchos más hacen que lo consideremos uno más en nuestra familia.

Ahora que tanto se habla de los beneficios físicos, sociales y emocionales de las mascotas, yo los he podido experimentar y por eso les estoy muy agradecida.

                Rosa Mª Guillén Ballester